martes, octubre 3

"E mío"

Como ya os comenté, este viernes estuve en el concierto de Ana Torroja. Estuvo muy bien el concierto, pero fui con una angustia terrible, y prometí que nunca más. En cuando mi hija me vio ponerme la chaqueta a eso de las 9 de la noche, intuyó que iba a marchar de casa (ella ya sabe muy bien que a esa hora no toca que amatxu se vaya) y montó un escándalo terrible. Menudos lloros gritando amaaaa, con una vocecita que daba tanta pena... Porque mi marido me animó, que sino no voy...

Y no es la única llorera que se ha pillado este fin de semana. La otra fue en el parque, cuando la hija de unos amigos quiso jugar con un juguete suyo. Saco una rabia que nunca habia visto en ella, y su padre y yo lo pasamos muy mal, al ver que nuestra hija se comportara de esa forma por un juguete, y claro, por la vergüenza que pasas. Por suerte fue cuestión de tiempo. En cuanto mi niña se acostumbró a la otra niña, no hubo mas lloros.

No fue casualidad que la primera frase que aprendiera a decir, y una de las pocas que actualmente dice sea “e mío”.Vas al parque y ves que a la mayoría de los niños les cuesta mucho dejar sus juguetes, pero en cambio no tienen problema en usar los de los demás niños. Lo mío es mío y lo de los demás también.

Me llama mucho la atención que los humanos, desde bebés ya tengan ese marcado sentido de la propiedad y deseo de lo ajeno. Porque tú puedes haberle preparado a tu niña una merienda riquísima, con todo lo que habitualmente le gusta y pese a que estas una hora pendiente y haciendo monerías para que se lo coma toda, no se la termina. En cambio en cuanto te descuidas, va detrás del plátano que le han dado al niño del banco de al lado como un perro hambriento. Pero si nunca come los plátanos que le doy yo!! Claro, lo de los demás esta más rico, dice la comprensiva madre, que ya se sabe la canción. Pero tu ahí estas muerta de vergüenza, explicando a la otra madre que tu hija ni siquiera se ha acabado lo suyo, y que nunca jamás come plátanos en casa.

Bueno, en eso los niños no distan tanto de los adultos. Cuantos hombres (y mujeres por supuesto) tienen el jamón ibérico en casa, y van a buscar el choped de fuera. Y claro, tu jamón, que no te lo toque nadie. ;-)

Un saludo,

Amatxu de Miribilla

2 comentarios:

marijaia_bilbao dijo...

Hola vecina... creo que te interesará lo que he escrito en mi blog:
http://marijaia.blogspot.com/
Con respecto a tu niña, como bien has dicho, los humanos somos territoriales a muerte, con las cosas e incluso los sitios... prueba a "quitarle" el sitio de siempre a alguien en la mesa. Ánimo, ya se irá habituando a la convivencia pacífica.

Amatxu de Miribilla dijo...

Y quitarse su sitio de siempre a alguien en la uni? Te sacaban las uñas!!