Por fin ha llegado la Navidad a Bilbao. Nos han encendido las luces y da gusto pasear por centro. En los barrios todo es infinitamente más modesto, aquí nos tenemos que conformar con un único árbol, que han puesto junto a los pisos verdes (aun no le he visto pero me tiene informada mi madre) y con la decoración navideña de los vecinos. El año pasado, aun no vivía en Miribilla, pero recuerdo que habia un montón de Papa Noeles, de esos que venden en las tiendas de los chinos, colgados de las ventanas que hacían mucha gracia y daban un toque al barrio.
Lo que esta realmente espectacular es la Plaza de Indautxu. El otro día pasé, porque trabajo cerca y me quede alucinada. Simplemente me encanta y da gusto solo mirarla. Habrá que ir al BEC también, que me han dicho que van a poner el árbol más grande de todo el estado.
Cambiando de tema. Este puente me voy a Lisboa. No es un viaje como cualquier otro, es un viaje solo de chicas. A mí me encanta viajar de todas formas, antes sola con mi marido o con grupo de amigos, ahora en familia...
Pero los viajes de amigas tienen algo diferente. Él último fue hace 2 años y medio, antes de que naciera Naia. Fuimos a Bristol, a la despedida de soltera de mi mejor amiga y fue una pasada todo, desde la ciudad, hasta el ambiente hippy que había en el albergue en el que nos alojamos. Ahora volvemos a repetir y tengo la misma ilusión pero a la vez un remordimiento muy grande. Porque abandono a mi hija 3 días y no se como se lo va a tomar ella.
Y pese a que, como siempre, fui yo la inductora y organizadora del viaje, reconozco que a ultima hora antes de coger el vuelo casi me rajo. Algo en mi me decía que no hacia bien dejando a mi hija tan pequeña. Encima, otra de nuestras amigas, que tiene un niño 3 meses más pequeño nos dijo que no se sentía preparada para dejar a su hijo tan pronto y me dio que pensar si era yo una especie de madrastra!
El caso es que al final me lo pensé y decidí ir. Seguramente fue mas cabezonería que otra cosa. Me quede pensando que casi no hago vida, a parte de mi familia, y en cambio mi marido, tiene sus hobbies, como el baloncesto, y no tiene reparos en dejar a su hija (y a mí por su puesto), tardes y días enteros (en algunos partidos que va fuera) y a mí me parece muy bien y por supuesto se lo respeto. Entonces ¿porque a mí me costaba tanto irme 3 días? Solo por eso me decidí, pero ya digo desde ahora que hasta que Naia no sea mayor, no repito.
Eso sí, cuando este allí pienso disfrutarlo al máximo, aunque llame 20 veces al día a casa a ver como esta todo
Un saludo, y feliz puente
Amatxu de Miribilla