He conocido a muchos niños en mi vida, ya que durante años he sido directora y monitora en un club de tiempo libre y en varios campamentos de verano. Pero ninguno era como Andrea. Esta niña, es la hija de mi prima Marga, y la conocí este verano en el pueblo de mi madre. Lo que más llamaba la atención en ella, a parte de sus impresionantes ojos azules, era su forma de ser, su forma de pensar y su forma de hablar. Es que Andrea no es una niña corriente, es una niña superdotada.
Desde el primer momento en que la vi, me fije que su lenguaje no se correspondía para nada al de una niña de 12 años, ni siquiera al de una de 16. Hablaba con mas propiedad y corrección que cualquier adulto, y su cuidada expresión y riqueza del lenguaje eran propias de un mismísimo profesor universitario.
Además sus aficiones tampoco eran las habituales para su edad. Tocaba el violín, hacia encaje de bolillos, e iba a pescar con su abuelo. También era aficionada a la astronomía La primera noche que pasamos en el pueblo fui con ella a ver las estrellas y fue increíble. La niña se sabía donde estaban todas las estrellas y constelaciones, y no conforme con eso, la historia mitológica de cada una y lo contaba como si de un cuento se tratase.
Yo que tenia dificultades simplemente para distinguir la forma de una constelación, estaba con la boca abierta y más aun cuando le pregunte por donde estaba la constelación de mi signo, la de Tauro. Ella me contesto que aun no se veía, y que según la estación en la que estábamos, saldría a las dos de la mañana y me señalo por donde.
Yo no pude mas que exclamar, “SI ERES COMO UN LIBRO!!”. Se lo dije con mi mas profunda admiración. Y ella se puso algo triste y me dijo, “eso es lo que me dicen los compañeros de clase”.
Entonces recordé lo que me habia comentado su madre aquella misma tarde. Pese a ser una niña con inteligencia fuera de lo común no tenía habilidades sociales. En su clase no habia conseguido hacer ni un solo amigo. Los padres probaron a apuntarla en diversas actividades extraescolares, sin resultado, por lo que para este curso habían decido cambiarla de otro colegio, a ver si habia más suerte.
Hace años, cuando aun era muy pequeña y descubrieron que era superdotada, se les planteo a los padres el poder enviarla interna a un colegio lejos de su casa, donde pudiera estar con niños similares y desarrollar al máximo su potencial. Sus padres decidieron entonces no separarse de ella y les entiendo como madre (yo hubiera hecho lo mismo). Pero en un colegio normal, lo que a simple vista parece una gran ventaja, es en la práctica un serio inconveniente. Porque estos niños, en el mejor de los casos, van a ser tratados como los raritos de la clase, y va a ser muy difícil su integración con el resto de los compañeros.
Esta claro que en este país no se puede destacar ni por arriba ni por abajo, la gente te mira raro y las administraciones publicas solo se preocupan por las mayorías. Esperemos que con los años la situación vaya cambiando
Un saludo,
Desde el primer momento en que la vi, me fije que su lenguaje no se correspondía para nada al de una niña de 12 años, ni siquiera al de una de 16. Hablaba con mas propiedad y corrección que cualquier adulto, y su cuidada expresión y riqueza del lenguaje eran propias de un mismísimo profesor universitario.
Además sus aficiones tampoco eran las habituales para su edad. Tocaba el violín, hacia encaje de bolillos, e iba a pescar con su abuelo. También era aficionada a la astronomía La primera noche que pasamos en el pueblo fui con ella a ver las estrellas y fue increíble. La niña se sabía donde estaban todas las estrellas y constelaciones, y no conforme con eso, la historia mitológica de cada una y lo contaba como si de un cuento se tratase.
Yo que tenia dificultades simplemente para distinguir la forma de una constelación, estaba con la boca abierta y más aun cuando le pregunte por donde estaba la constelación de mi signo, la de Tauro. Ella me contesto que aun no se veía, y que según la estación en la que estábamos, saldría a las dos de la mañana y me señalo por donde.
Yo no pude mas que exclamar, “SI ERES COMO UN LIBRO!!”. Se lo dije con mi mas profunda admiración. Y ella se puso algo triste y me dijo, “eso es lo que me dicen los compañeros de clase”.
Entonces recordé lo que me habia comentado su madre aquella misma tarde. Pese a ser una niña con inteligencia fuera de lo común no tenía habilidades sociales. En su clase no habia conseguido hacer ni un solo amigo. Los padres probaron a apuntarla en diversas actividades extraescolares, sin resultado, por lo que para este curso habían decido cambiarla de otro colegio, a ver si habia más suerte.
Hace años, cuando aun era muy pequeña y descubrieron que era superdotada, se les planteo a los padres el poder enviarla interna a un colegio lejos de su casa, donde pudiera estar con niños similares y desarrollar al máximo su potencial. Sus padres decidieron entonces no separarse de ella y les entiendo como madre (yo hubiera hecho lo mismo). Pero en un colegio normal, lo que a simple vista parece una gran ventaja, es en la práctica un serio inconveniente. Porque estos niños, en el mejor de los casos, van a ser tratados como los raritos de la clase, y va a ser muy difícil su integración con el resto de los compañeros.
Esta claro que en este país no se puede destacar ni por arriba ni por abajo, la gente te mira raro y las administraciones publicas solo se preocupan por las mayorías. Esperemos que con los años la situación vaya cambiando
Un saludo,
Amatxu de Miribilla
1 comentario:
.... y es que vivimos en un pais muy cutre aun...
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