El Milagro de las Haur Eskolak

Hola vecin@s

Para los recién llegados de vacaciones, ¿qué tal la vuelta al trabajo?. Espero que no se os este haciendo demasiado dura, y no sufráis el famoso síndrome postvacacional ese, del que no hacen más que hablar en los telediarios.

¿Qué tal el fin de semana? La verdad que da gusto empezar Septiembre así, este finde ha hecho mejor que cualquiera de Agosto. Nosotros nos hemos quedado aquí, y hemos estado haciendo compras, y el domingo madrugamos y fuimos un rato en la playa de Bakio con la enana. Tengo que decir que le gustan mas las playas del norte que las del sur (no es lista ni nada) y se volvió loca con estas olas.

Volvimos a tiempo para ver el triunfo de la selección de baloncesto. A ver si resulta que ahora todos se van a hacer aficionados del basket (como paso con el automovilismo, cuando empezó a ganar Fernando Alonso). En casa lo somos desde hace tiempo. Mi marido ya lo es desde niño y a mí me lo ha pegado un poquito. Él dice que echó de menos que el partido fuera más emocionante como lo fue el de semifinales contra Argentina. Ese si nos tuvo con la emoción hasta el final! Pero lo importante es que se ganó la medalla de oro, y espero que a partir de ahora se empiece a tener en cuenta al baloncesto como deporte de primera, y se deje de hablar exclusivamente del dichoso fútbol (que lo tenemos hasta en la sopa).

Bueno, que ya sé que me enrollo mucho ;-). Vamos a grano. El caso es que esta misma mañana a las 11 menos cuarto he tenido una llamada de unas de las cuidadoras de la Haur Eskola donde solicitamos plaza para Naia (ya os sabéis la historia). Pues resulta que me dice que a ultima hora, un niño se ha dado de baja, y como mi hija estaba la primera en la lista de espera, si quiero ya tengo plaza para ella. ¿Qué si quiero? Cómo no voy a querer, si aun no tengo plaza en ningún sitio!!. Al final me han citado para una reunión este mismo día a las 11.30, solo 45 minutos después de la llamada. A buenas horas avisan, si estoy trabajando...!. Le he mandado a la reunión a mi madre y todavía estoy esperando a que salga para que me cuente.

Justo ahora que ha habia preparado la reclamación al Ararteko... Siempre me quedaré con la duda si realmente se ha dado un niño de baja, o si es que mis reclamaciones y “amenazas” han servido para algo. El caso es que me voy a olvidar del tema. Ya conseguí mi propósito, mi hija este curso estará escolarizada, y con eso me quedo a partir de ahora.

Un saludo

Amatxu de Miribilla