Adrián tiene 11 años, y es el hijo de los dueños de un bar al que hemos frecuentado mucho este verano. El primer día que le conocí, fuimos a comer a su bar. Nada mas llegar nos tomo nota de las consumiciones, nos las sirvió, nos puso la mesa para comer. Todo tan rápido y eficaz como si de un adulto se tratara.
Nos sirvieron la comida y él seguía allí pendiente todo el rato, hasta que su madre le dijo que se marchara y no diera tanta guerra. Si no molesta- le dije yo-, te quejaras, si es un cielo de niño. ¿Un cielo? Te lo puedes quedar si quieres, me dijo la madre entre risas.
Según fueron pasando los días y le fuimos conociendo mas nos dimos cuenta que era un terremoto. En un mismo momento, pasaba de servir en el bar, como de ayudar a los camioneros que descargaban genero en el Mercadona de enfrente, bajar a jugar con los amigos o correr detrás de Naia. Siempre tenia algo que hacer.
Hasta que un día hablando con su madre nos contó lo que era evidente. Adrián era un niño HIPERACTIVO. Descubrieron su hiperactividad cuando él tenia 3 años. La madre estaba desesperada, habia adelgazado muchísimo y llego un momento que no podía más. Llevo al niño al pediatra y le dijo que no sabia exactamente lo que pasaba, pero que el niño tenia algo anormal. El pediatra le mando a un neurólogo que le diagnosticó la enfermedad y le pusieron en tratamiento.
A partir de ahí, aunque Adrián ha mejorado, no ha sido, un camino de rosas. Lo primero que hicieron fue ponerle una medicación, aunque han ido cambiando el tipo y las dosis con el tiempo Algunas veces la medicación no le hacia ningún efecto, en cambio otras le dejaba medio atontado y daba pena verle.
Las visitas periódicas al neurólogo no son de gran ayuda. Al principio les daban esperanzas, de que el niño ya mejoraría con el tiempo. Ahora les dicen claramente que el niño es así, y no va a mejorar, y esto es lo que hay y los padres cada vez que van al especialista vuelven mas desesperanzados.
Además han tenido muchos problemas en el colegio. Varias veces Adrián ha sido expulsado 3 días, y como dice la madre, el castigo no es para el niño, que esta contento de tener unas vacaciones inesperadas, sino para los padres, que a punto han estado de perder su anterior empleo.
Y no penséis que Adrián es un demonio. Todo lo contrario, es un niño de buen corazón, cariñoso, muy inteligente y curioso, pero que no puede parar quieto ni un segundo. Y como dice su madre, esperemos que este niño use todo este arranque e inteligencia para hacer algo bueno, porque estos niños no tienen termino medio. O llegan a banqueros, o a terminan siendo delincuentes a gran escala.
Y no pude evitar preguntar a la madre si Adrián con la edad de mi niña era igual de movido. Su respuesta me dejo muy aliviada, no tenían nada que ver, mi niña es una niña movida pero normal. Adrián con su edad era 10 veces más movido. Menos mal!
Un abrazo
Nos sirvieron la comida y él seguía allí pendiente todo el rato, hasta que su madre le dijo que se marchara y no diera tanta guerra. Si no molesta- le dije yo-, te quejaras, si es un cielo de niño. ¿Un cielo? Te lo puedes quedar si quieres, me dijo la madre entre risas.
Según fueron pasando los días y le fuimos conociendo mas nos dimos cuenta que era un terremoto. En un mismo momento, pasaba de servir en el bar, como de ayudar a los camioneros que descargaban genero en el Mercadona de enfrente, bajar a jugar con los amigos o correr detrás de Naia. Siempre tenia algo que hacer.
Hasta que un día hablando con su madre nos contó lo que era evidente. Adrián era un niño HIPERACTIVO. Descubrieron su hiperactividad cuando él tenia 3 años. La madre estaba desesperada, habia adelgazado muchísimo y llego un momento que no podía más. Llevo al niño al pediatra y le dijo que no sabia exactamente lo que pasaba, pero que el niño tenia algo anormal. El pediatra le mando a un neurólogo que le diagnosticó la enfermedad y le pusieron en tratamiento.
A partir de ahí, aunque Adrián ha mejorado, no ha sido, un camino de rosas. Lo primero que hicieron fue ponerle una medicación, aunque han ido cambiando el tipo y las dosis con el tiempo Algunas veces la medicación no le hacia ningún efecto, en cambio otras le dejaba medio atontado y daba pena verle.
Las visitas periódicas al neurólogo no son de gran ayuda. Al principio les daban esperanzas, de que el niño ya mejoraría con el tiempo. Ahora les dicen claramente que el niño es así, y no va a mejorar, y esto es lo que hay y los padres cada vez que van al especialista vuelven mas desesperanzados.
Además han tenido muchos problemas en el colegio. Varias veces Adrián ha sido expulsado 3 días, y como dice la madre, el castigo no es para el niño, que esta contento de tener unas vacaciones inesperadas, sino para los padres, que a punto han estado de perder su anterior empleo.
Y no penséis que Adrián es un demonio. Todo lo contrario, es un niño de buen corazón, cariñoso, muy inteligente y curioso, pero que no puede parar quieto ni un segundo. Y como dice su madre, esperemos que este niño use todo este arranque e inteligencia para hacer algo bueno, porque estos niños no tienen termino medio. O llegan a banqueros, o a terminan siendo delincuentes a gran escala.
Y no pude evitar preguntar a la madre si Adrián con la edad de mi niña era igual de movido. Su respuesta me dejo muy aliviada, no tenían nada que ver, mi niña es una niña movida pero normal. Adrián con su edad era 10 veces más movido. Menos mal!
Un abrazo
Amatxu de Miribilla
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