jueves, febrero 22

Dios mío, dame paciencia!!! (mas aun...)

Tengo la suerte de ser una persona pacifica, paciente y MUY TRANQUILA. Digo suerte, porque las personas que tengo a mi alrededor sin estas preciadas cualidades viven casi todo el tiempo con estrés, ansiedad o preocupación continua. Mi lema es ¿De qué sirve preocuparse o alterarse por cualquier cosa?. De esta forma no vas a solucionar nada, pero tu calidad de vida va a empeorar mucho. Y de verdad que teniendo esta filosofía de vida no me va nada mal.

Ser así me ha venido muy bien para educar una hija. La paciencia de un padre o de una madre debe ser ilimitada y más si, como es mi caso mi hija tiene carácter fuerte.

Para lo pequeña que es Naia se me revela muy a menudo. O se niega a vestirse, o a ponerse los zapatos, o a salir de casa, o a recoger, o a cambiar el pañal... Y ahí actuó yo con mi santa paciencia, para convencerla por las buenas de que hay que hacer lo que dice amatxu, pero todo con mucha calma y tranquilidad para asi poco a poco y sin que ella se de cuenta llevármela a mi terreno. Porque no sé con otros niños, pero con mi hija, dar dos gritos o un azote solo empeora las cosas.

Así que cuando andamos con el tiempo justo para llevarla a la guarde e ir yo a trabajar y la niña quiere seguir viendo la tele, yo tengo que respirar hondo y conservar la paciencia que Dios o quien sea me ha dado. Y hay veces que no es fácil (el otro día la tuve que llevar a la guarde literalmente a rastras). Pero ¿Quién dijo que el trabajo de madre era fácil?

1 comentario:

marijaia_bilbao dijo...

Weno, pues tu actitud es de admirar, que yo no sé cómo reaccionaré... De momento mi novio me llama Bree VandeCamp (La "mujer-deseperada" maruja y estricta), aunque no es para tanto... "¿verdad Rex... digo Ricardo?"
Respondiendo a tu comentario, veo que nuestros gustos estéticos y de pelis son bastante opuestos, pero weno, como ya he expuesto: soy camaleónica, me gusta de todo.
Y sobre mi palidez: se me quita en verano, que adquiero un dorado al huevo tipo galleta maría, sin ser nunca exagerado. Esa suerte que tiene una, que con lo que me gusta coger olas sufriría mucho si me quemara constantemente.