Para bien y para mal tener hijos es revivir también tu infancia. Recuerdas en tus hijos lo que tu viviste con anterioridad y casi siempre son cosas buenas pero las hay también menos buenas
El otro día mi suegra trajo a la niña de la guarde con un “kit matapiojos”, y aunque yo no dije nada por no parecer una histérica, casi me da un ataque. Menos mal que solo era por precaución, habían encontrado a otro niño con ellos, y había que poner en tratamiento a todos.
Pese a que a Naia no le hemos encontrado ni uno, desde ese día tengo mucho picor en la cabeza. Seguramente será psicológico e irracional, pero no puedo evitar rascarme continuamente, y mirarme la cabeza en el espejo cada dos por tres para cerciorarme de que no tengo nada sospechoso. No soy nada hipocondríaca para las enfermedades y rara vez voy al medico, pero los piojos, lombrices y demás parásitos me dan muy mal rollo. Es que los bichos en general me dan mucho asco, desde siempre.
De pequeña tuve 2 veces piojos, que con 3 hermanos que éramos, la verdad que fueron pocas, pero las recuerdo muy bien. Mucho picor, mi madre quitándonos las liendres una a una (que tirones) con su santa paciencia y llenándonos la cabeza de una loción que olía a rayos (os acordáis de la cancioncita, filvit champú, filvit mama...) y dejaba el pelo reseco. Al menos tuve la suerte de que no me cortaron el pelo a lo chico como a mi prima.
Pero lo peor eran las crueles revisiones del colegio, que seguro que hoy en día se siguen haciendo. Mirar a los niños uno por uno y mandar a casa al “piojoso” me parece que es muy cruel. Yo rezaba para no tener ninguno, y por suerte fue así en todas las revisiones.
Y luego estaban las madres con su típica frase, “no pasa nada, si los piojos van siempre a las cabezas mas limpias” Al final va a ser que los auténticos piojosos son los que no tienen piojos... Como que los bichitos están para elegir, irán a la primera cabeza que pillen digo yo...
Bueno, el caso es que esta vez Naia se ha librado, pero tarde o temprano caerá como todos los niños. ¿O conocéis alguno que no haya caído en sus garras? O podrían extinguirse ya ¿no? Con tanta loción no se como queda alguno vivo...
Termino con una anécdota de hace muchos, muchos años
(Suena el telefono)Yo: ¿Quién es?
Tía: Soy tu tía Carmen, ¿qué hace tu madre?
Yo: Quitarle los piojos a mi hermano! Como dice el refrán, los borrachos y los niños siempre dicen la verdad!
El otro día mi suegra trajo a la niña de la guarde con un “kit matapiojos”, y aunque yo no dije nada por no parecer una histérica, casi me da un ataque. Menos mal que solo era por precaución, habían encontrado a otro niño con ellos, y había que poner en tratamiento a todos.
Pese a que a Naia no le hemos encontrado ni uno, desde ese día tengo mucho picor en la cabeza. Seguramente será psicológico e irracional, pero no puedo evitar rascarme continuamente, y mirarme la cabeza en el espejo cada dos por tres para cerciorarme de que no tengo nada sospechoso. No soy nada hipocondríaca para las enfermedades y rara vez voy al medico, pero los piojos, lombrices y demás parásitos me dan muy mal rollo. Es que los bichos en general me dan mucho asco, desde siempre.
De pequeña tuve 2 veces piojos, que con 3 hermanos que éramos, la verdad que fueron pocas, pero las recuerdo muy bien. Mucho picor, mi madre quitándonos las liendres una a una (que tirones) con su santa paciencia y llenándonos la cabeza de una loción que olía a rayos (os acordáis de la cancioncita, filvit champú, filvit mama...) y dejaba el pelo reseco. Al menos tuve la suerte de que no me cortaron el pelo a lo chico como a mi prima.
Pero lo peor eran las crueles revisiones del colegio, que seguro que hoy en día se siguen haciendo. Mirar a los niños uno por uno y mandar a casa al “piojoso” me parece que es muy cruel. Yo rezaba para no tener ninguno, y por suerte fue así en todas las revisiones.
Y luego estaban las madres con su típica frase, “no pasa nada, si los piojos van siempre a las cabezas mas limpias” Al final va a ser que los auténticos piojosos son los que no tienen piojos... Como que los bichitos están para elegir, irán a la primera cabeza que pillen digo yo...
Bueno, el caso es que esta vez Naia se ha librado, pero tarde o temprano caerá como todos los niños. ¿O conocéis alguno que no haya caído en sus garras? O podrían extinguirse ya ¿no? Con tanta loción no se como queda alguno vivo...
Termino con una anécdota de hace muchos, muchos años
(Suena el telefono)Yo: ¿Quién es?
Tía: Soy tu tía Carmen, ¿qué hace tu madre?
Yo: Quitarle los piojos a mi hermano! Como dice el refrán, los borrachos y los niños siempre dicen la verdad!
1 comentario:
Ja, ja, ja... Yo también fui una piojosa, y costó un montón quitármelos. mi madre no usaba el famoso Filvit, sino un invento que me lo ponía y luego me dejaba recociendo con un gorro de ducha, y luego todos picha arriba. Lo malo eran las liendres. En fin, parte "oscura" de toda infancia.
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