Como es habitual en estas fechas, ayer tuvimos la cena de trabajo. Nuestra cena, no es una cena como la de una empresa cualquiera, os explico. Yo trabajo en una empresa pequeñita donde solo somos dos empleadas y la jefa. La peculiaridad de esta cena es que la jefa ha invitado a más ex empleadas que empleadas, y esto es algo que no pasa en ninguna otra cena de empresa del mundo!!. Pero nuestra empresa no es una empresa al uso, somos casi una pequeña familia, donde la jefa, hace las veces de madre, suegra, o madrastra (alguna que otra vez, aunque las menos por suerte.) y nosotras hacemos el papel de hermanas / primas bien avenidas.
Porque si de algo tengo que estar contenta, es de que siempre he tenido una excelente relación con las compañeras que han pasado por aquí, y al final hemos llegado a ser buenas amigas. Por cierto son todas psicólogas, y excelentes personas.
El caso es que ayer fue el día en el que nos reunimos todas. Nuestra jefa (o ex jefa) tuvo la delicadeza de venir mas tarde para que hablásemos de “nuestras cosas” antes de la cena. Estuvimos tomando algo y a las 10 nos reunimos con ella en el Restaurante del Casino Nervión.
Nunca hasta ahora habia ido a ningún Casino, ni Bingo ni ningún sitio donde se jugase dinero. Es mas, yo soy anti-juego, jamás en la vida he echado un céntimo ni en las maquinitas de los bares, ya que me parece que es una forma estúpida de tirar el dinero, que crea mucha adicción, y al final, los únicos que ganan siempre son el dueño del bar y de la maquina.
El caso es que tampoco me disgustó entrar, mas que nada por curiosidad, por que hay que ver y saber de todo en esta vida. Habia una seguridad muy grande, antes de entrar además de pedirte el D.N.I, te metían tus datos en el ordenador, y te daban una tarjeta con tu nombre y apellidos. Además, nos hicieron una foto y nos quitaron la cámara que llevábamos hasta la salida. Por discreción, nos dijeron. Se ve que, aunque el juego es algo legal, es como ir a una casa de citas, todavía algo tabú y en el fondo mal visto
En el mostrador, habia varios tipos de abonos para entrar al casino, hasta uno Anual que costaba 75 euros, y me pregunte si la mayoría de personas que lo compraban y hacían un uso del casino tan habitual eran personas normales muy aburridas, o tenían dependencia al juego.. Seguramente lo segundo...
Ya dentro habia muchas mesas con distintos tipos de juegos y mucha gente jugando. Lo que más me sorprendió fue que habia muchísima gente joven. Lo mejor, la cena y el trato recibido. Todo exquisito, os recomiendo el Menú degustación, por 35 € comes mejor que bien, todo muy elaborado y riquísimo.
Después de la cena, la jefa se marchó a casa y fuimos a tomar una copa a la Granja. Estos días son donde puedes encontrar la más diversa fauna proveniente de las cenas de trabajo. Como curiosidad a mi se me pegó un argentino de raza asiática muy pesado y era de lo más normal que habia, así que imaginaros!
Que paseéis un buen fin de semana
Porque si de algo tengo que estar contenta, es de que siempre he tenido una excelente relación con las compañeras que han pasado por aquí, y al final hemos llegado a ser buenas amigas. Por cierto son todas psicólogas, y excelentes personas.

Nunca hasta ahora habia ido a ningún Casino, ni Bingo ni ningún sitio donde se jugase dinero. Es mas, yo soy anti-juego, jamás en la vida he echado un céntimo ni en las maquinitas de los bares, ya que me parece que es una forma estúpida de tirar el dinero, que crea mucha adicción, y al final, los únicos que ganan siempre son el dueño del bar y de la maquina.
El caso es que tampoco me disgustó entrar, mas que nada por curiosidad, por que hay que ver y saber de todo en esta vida. Habia una seguridad muy grande, antes de entrar además de pedirte el D.N.I, te metían tus datos en el ordenador, y te daban una tarjeta con tu nombre y apellidos. Además, nos hicieron una foto y nos quitaron la cámara que llevábamos hasta la salida. Por discreción, nos dijeron. Se ve que, aunque el juego es algo legal, es como ir a una casa de citas, todavía algo tabú y en el fondo mal visto

En el mostrador, habia varios tipos de abonos para entrar al casino, hasta uno Anual que costaba 75 euros, y me pregunte si la mayoría de personas que lo compraban y hacían un uso del casino tan habitual eran personas normales muy aburridas, o tenían dependencia al juego.. Seguramente lo segundo...

Después de la cena, la jefa se marchó a casa y fuimos a tomar una copa a la Granja. Estos días son donde puedes encontrar la más diversa fauna proveniente de las cenas de trabajo. Como curiosidad a mi se me pegó un argentino de raza asiática muy pesado y era de lo más normal que habia, así que imaginaros!
Que paseéis un buen fin de semana
Amatxu de Miribilla
Yo trabajo en una ONG y la comida de Navidad aún es más peculiar que la de tu empresa y eso que solo somos 5 chicas y el presidente.
ResponderEliminarFELIZ NAVIDAD Y GRACIAS POR TU BLOG!!!
Mas peculiar la tuya? Si yo te contara más... Por ahí andaremos, jeje...
ResponderEliminarGracias a tí por leer el blog, y Feliz Navidad!